turismoviajes.es ha estado en : Fiesta de los Caracoles (Festa dos caracóis) Reguengo do Fetal. Batalha. Portugal
Texto y Fotos: Mario Cruz Leo
Este fin de semana se han comenzado los actos principales de las Fiestas de Reguengo do Fetal, aldea perteneciente al Municipio de Batalha, en la región centro de Portugal, donde destaca sobre manera la Procesión de los Caracoles.
Sobre un promontorio con unas magníficas vistas se encuentra situado uno de los santuarios marianos más vetustos y visitados de Portugal, Nuestra Señora de Fetal.
A traves de los tiempos la historia de una pequeña pastora que apacentaba sus rebaños cerca de donde hoy se encuentra la ermita y estando ensimismada en sus pensamientos y en su pobreza ya que no tenía practicamente nada de comer, se echo a llorar y al alzar la vista se le apareció una extraña Señora que le habló:
-¿Porque lloras niña?
Porque tengo hambre
-Ve a pedir pan a tu madre
Ya lo pedi pero mi madre tampoco tiene
-Ve a tu casa y dí que una Señora te ha dicho que deja pan en un arca.
Los lugareños comprobaron como un arca que apareció en el lugar se hallaba lleno de pan.
En ese mismo lugar la estraña Señora le habló en estos terminos:
Dí a las gentes del lugar que yo soy la Madre de Dios y quiero que en este alto de Fetal edifiquen una ermita en la que pueda ser loada y venerada.Según esta leyenda se contruyo una pequeña ermita en honor a Nossa Senhora do Fetal, donde además había aparecido una pequeña y misteriosa talla de la imagen de la señora y una fuente milagrosa.
La procesión comenzo el viernes 23 a las 8,30 de la noche con la salida de la pequeña y deteriorada talla de la imagen de la Virgen de Fetal a hombros de sus devotos y cuando ya estaban iluminadas todas las calles, jardines, fachadas y escalinatas del recorrido procesional y los campos aledaños por milllones de “candiles” hechos de caracoles, recolectados durante todo el año por los vecinos, rellenos de aceite y con un grueso cabo para que aguante más tiempo encendido. Un homenaje al antiguo candil de aceite como medio de iluminación cuando no había llegado la electricidad a los pueblos y un homenaje al caracol, rey de la gastronomía de la zona.
Poco a poco y en continua bajada desde el altozano donde se encuentra la ermita, la comitiva formada por unos cientos de personas, algunos años son miles, fue pasando por calles, casas y jardines que esperaban iluminados a su venerada imagén, algunos formando palabras, otros imágenes religiosas. Cualquier sitio es bueno para poner la concha del caracol que ilumine el sendero hasta la Iglesia Matriz, destino de la imágen y donde permanecerá hasta el primer sábado del mes de octubre en que será trasladada de nuevo a su ermita, eso sí, esta vez la cuesta es para arriba.
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