Balthus en el Thyssen-Bornemisza

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Balthus en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza

A priori, una exposición sobre Balthus tiene garantizada la atención, ocurre así desde su primera exposición individual allá por el año 1934 en la Galerie Pierre de Paris.

En esa exposición, por decisión del propio artista, se mostraron lienzos con contenido erótico para llamar la atención de la opinión pública.

Posteriormente volvió a crear controversia con sus cuadros sobre muchachas adolescentes “Sorprendidas por el pintor en momentos de tedio o ensimismamiento” en diferentes posturas que dan lugar a la doble lectura entre “la naturalidad infantil y una ambigua consciencia erótica propia de la pubertad” lo que convierte al espectador en un voyeur.Y sigue funcionando.

Esta retrospectiva organizada en colaboración entra el Museo Thyssen-Bornemisza y la Fundación Beyeler de Basilea, reúne 47 obras que siguen un orden cronológico que comienza en 1933 donde podemos encontrar la obra titulada La Calle (1933), una escena geométrica que representa una escena cotidiana excepto por lo que ocurre en la parte inferior izquierda de la obra, donde hay una escena más que sensual.

También de 1933 es la obra El Aseo de Cathy, basada en una litografía realizada para el libro Cumbres Borrascosas, en una de sus ediciones ilustradas, donde los personajes representados se “corresponden” con el propio Blathus y su querida Antoinette y no con los personajes de la novela que son Heathcliff y Cathy.

Quizá la obra más conflictiva es “Thérèse soñando”, en la que se representa a una adolescente, Thérèse Blanchard que era vecina de Balthus y aparece en otros cuadros del autor, que aparece totalmente ensimismada recostada en una silla, con la pierna izquierda subida a la misma lo que hace que la falda caiga hacia atrás dejando ver su ropa interior iluminada por una anaranjada y tenue luz de atardecer.

Al principio de la exposición se encuentran obras de su juventud donde encontramos una serie de personajes dispersos que no tiene relación unos con otros.

Otras obras muy interesantes de esta exposición son La partida de naipes, considerada como la única obra maestra del pintor francés que se conserva en España. En esta obra originalmente el tramposo era una chica y cuando la obra estaba casi acabada, el autor decidió que fuera un chico.

Me llamó especialmente la atención la obra ‘El rey de los gatos’, un autorretrato que cuenta mucho de la personalidad del autor, ya que afirmaba que en otra vida había sido un felino y por ello los gatos se inclinan ante él.

Una muy interesante exposición que no os dejará indiferentes.

Museo Thyssen-Bornemisza hasta el 26 de mayo 2019

Visita virtual de la exposición

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